Jesús, Roco para muchos de nosotros, ha sido un maestro y mentor en toda la extensión de la palabra. Un ejemplo que dignifica nuestra profesión. Era capaz de enseñarte, desde su curiosidad infinita, los procesos más complejos de la forma más sencilla. Siempre desde la complicidad, la calidez y la proximidad, haciéndote sentir protagonista de todo el proceso.
Junto a un grupo de jóvenes, con más ilusión que recursos, fueron capaces de levantar de la nada nuestra escuela. Basada en una pedagogía innovadora que hace cuarenta años parecía venida de Marte. Se sentía muy orgulloso de este proyecto.
Si tuviese que destacar algunas de sus múltiples características personales, destacaría su positivismo, su pasión por la vida, su curiosidad y su capacidad para enseñar. Nos transmitió varias de sus pasiones:
La magia de la fotografía. Con una simple caja de zapatos y papel fotográfico, nos mostró como inmortalizar escenas cotidianas. Todos los alumnos recordamos las sesiones de revelado en el taller fotográfico del cole.
Nos enseñó a pescar. En una de las primeras colonias que organizaba el colegio, allá por finales de la década de los setenta en la Costa Brava, con unas simples cañas extraídas de un cañaveral, sedal y anzuelos nos tuvo entretenidos a todos. Lo convirtió en una aventura.
Y aprendimos a valorar la gastronomía. Gran cocinero, siempre decía que era el único trabajo que al final te podías comer. Se disfrutaba más escuchándole explicar el modo de preparar un plato que comiéndotelo después.
Nos enseñó, en definitiva a intentar vivir mejor y a disfrutar de las cosas cotidianas.
Su legado lo guardaremos todos en nuestro corazón y es nuestra responsabilidad preservarlo y aumentarlo. Ese es nuestro compromiso, especialmente el de nuestra generación.
Me gustaría acabar con un pequeño fragmento de una canción de Jorge Cafrune, de título ¿Cómo decir adiós?, que estoy seguro que a él le gustaría:
¿Con qué tristeza y dolor, te partirá el corazón, cuando me vaya mañana?
¿Cómo decirte que mi alma, contigo se queda?
¿Cómo decirte que el viento, dolido, me lleva?
Tal vez el llanto en la voz, murmure suave un adiós
Cuando me vaya mañana.
Julio Núñez.
Cap d’Estudis
Escola La Ginesta.
